Dr Marco Aurelio Real

Soy el DANDY, orgulloso de compartir estas columnas con mis entrañables compañeros de ruta y de la vida: el PUA MUÑOZ y GABINO EZEIZA. Tengo especial devoción por las historias de inmigrantes. Me conmueven hasta las lágrimas aquellos que por persecuciones políticas, raciales, por hambre, por las guerras o por simple espíritu aventurero, recalaron algún día en estas tierras, ayudando a construir la mejor Argentina la historia ha exhibido a la humanidad. Sentado en un banco de plaza, empiezo a relatar escenas de esta época……. Buenos Aires, esta recibiendo al Centenario. Muchos de sus habitantes no saben muy bien de que se les habla o que tienen que festejar. No porque sean indiferentes o porque no les importe la historia del lugar, sino porque no hace demasiado tiempo que han llegado y sus esfuerzos estan concentrados en cuestiones relativas a las nuevas circunstancias: como acomodarse, como obtener una vivienda digna, y, en la mayoría de los casos, como pronunciar y organizar el castellano. De ese singular universo que puebla la ciudad y del divino laberinto de los efectos y las causas que lo crearon, algo sabemos. Del primero, que casi la mitad son recién llegados ( y mas de la mitad de ellos son italianos) y de los argentinos, que una mitad son hijos de extranjeros. De que pueden enterarse y que estan dispuestos a festejar, algo sabemos. Muchos celebran, por ejemplo, la inauguración de la estatua de Garibaldi; los mismos u otros, llenan los teatros de opera, de sainete y de zarzuela, las gradas del Hipódromo de Palermo, los remates de casas y terrenos y otros, y algunos son los mismos, se dedican a organizar las huelgas o concurren masivamente a los entierros de los grandes hombres, u homenajean al autor de Tosca, o al maestro Toscanini, o a la Infanta o a Blasco Ibáñez. En el banco de plaza desde donde escribo estas reflexiones, como les contaba, se acaba de sentar a mi lado un italiano. El gil piensa que no se leer el italiano. Haciéndome el dolobu, me calzo las gafas y les cuento lo que esta escribiendo. “ Esta ciudad es muy hermosa. Hay mucho lujo. Todas las calles (aquí las llaman calles), están pavimentadas con madera dura o con cemento suave como el mármol, tan suave que incluso los caballos, tanto los de los tranvías como los de los carruajes, se resbalan constantemente. Hay algunos edificios hermosos. Mas allá de las palabras. De solo cinco pisos de alto , pero con una ornamentación que difícilmente encuentres en Turín. El mas hermoso de todos es el de Aguas Corrientes, construido por los ingleses y, lo mas sorprendente, es que es todo de mármol en la mitad de su altura, pero con unas pequeñas columnas esculpidas y decoradas con una artesanía exquisita. La Plaza Victoria, desde escribo esta carta, también es hermosa y a su alrededor, de los dos lados, solo hay bancos. Hay gentes de todas las naciones: ingleses, franceses, italianos, españoles, norteamericanos, etc. etc. Del otro lado esta la Casa de Gobierno, donde reside el Presidente de la Republica Argentina. Es italiano, de nombre Rocca, el tercer presidente italiano seguido que ocupa el trono argentino”. Aquí termino de contarles esta carta que le acaba de escribir a sus padres una tal Oreste Sola, fechada en el día de hoy, 17 de Agosto de 1.901.